domingo, 20 de agosto de 2017

Modelo de análisis literario de Martín Fierro, con actividad para completar

Modelo de análisis de Martín Fierro (cantos I y VII)

Actividad: llenar los espacios en blanco, en base a lo trabajado en clase

Martín Fierro es un (1) y pertenece al género (2). Su autor es (3), autor argentino del siglo (4). Además de la obra literaria en sí, podemos asumir que el escritor intentó mostrar la realidad social del (5). Para ello imita varias de sus características, costumbres y cultura. Por ejemplo, Hernández imita la (6) del gaucho, con el objetivo de hacerlo más creíble o realista. En este sentido, Martín Fierro se ubica dentro de la literatura (7) ya que (8).

*El canto I y el canto VII: generalidades y forma (estructura externa)

En general, podemos decir que estos dos cantos se diferencian claramente porque el canto I está más vinculado en su contenido con el género (9), mientras que el canto VII se puede asociar con el género (10) debido al ritmo que los hechos van generando.
Desde el punto de vista de la forma (estructura externa), el canto I contiene (11) estrofas, mientras que el canto VII tiene (12), en ambos casos la métrica es de versos octosílabos, o sea son Versos de Arte (13). La (14) es perfecta.

*Estructura interna del canto I

Para organizar el contenido, podemos agrupar las estrofas de este canto en cinco grupos (estrofa I, estrofas II y III, estrofas IV a XI, XII a XVII y de la XVIII a la XIX).
Dentro de la apología o elogio del gaucho que aparece en este canto, se destacan como valores: el coraje, la (15) y un sentido de (16) asociado a la moral del “ojo por ojo y diente por diente”.

*Figuras literarias en el canto I

En la estrofa I, aparece una (17) entre la soledad y el canto del ave con la soledad y el canto del gaucho que sufre una pena (Martín Fierro se refiere a sí mismo de manera indirecta, usando la tercera persona gramatical).
En las estrofas II y III se produce la (18) a los santos y a Dios. Este “llamado” o pedido de ayuda es propio de una amplia tradición en la literatura. El cantor, en este caso Martín Fierro, necesita ayuda de fuerzas superiores para contar su historia.
En los dos primeros versos de la tercera estrofa, vemos el uso de la (19) a través de la repetición del verbo “vengan”.
En la estrofa IV comienza a desarrollarse el tema del canto y la forma en que Martín Fierro se compara con cantores “letrados”.
Entre las estrofas V a XI se repite el recurso de (20), la exageración. Se exagera la importancia del canto para Martín Fierro y el gaucho en general. Dos ejemplos de esta figura en estas estrofas son, en la estrofa V: (21) y en la estrofa X: (22).
A partir de la estrofa XII Martín Fierro comienza a reivindicar sus valores como gaucho. De lo primero que habla es del coraje o valentía (“No me hago al lao de la güella//aunque vengan degollando”) y de su sentido de justicia (“con los blandos yo soy blando//y soy duro con los duros”). Sin embargo, veremos en el canto VII que el gaucho y Martín Fierro en particular, no siempre actúa con justicia ya que las razones de Martín Fierro para matar al hombre negro en el baile no son realmente justificadas. Esto se puede asociar también con la estrofa XVIII: “que nunca peleo ni mato// sinó por necesidá, // y que tanta alversidá // solo me arrojó el mal trato.”
A partir de la estrofa XIV, el personaje-narrador comienza a referirse a su estilo de vida con orgullo, su relación con la naturaleza y lo acostumbrado que está a esa forma errante de vivir, sin un lugar fijo para quedarse. Esto también se puede vincular con la (23) como uno de los principales valores para el gaucho. Es importante notar que todas las imágenes y la función poética del lenguaje (figuras literarias: metáforas, comparaciones, hipérboles,etc.) están siempre asociadas con el entorno natural en el que vive el gaucho, son parte de su hábitat. Por ejemplo, en la estrofa XVI, se utiliza una (24) para referirse al gaucho como un pájaro. Se puede observar cómo ese estilo de vida y el sentido de libertad están vinculados también al desarraigo, la falta de vínculos estables: “Yo no tengo en el amor//quien me venga con querellas” (estrofa XVII). También en esta estrofa se puede observar el uso de (25) cuando dice: “yo hago en el trébol mi cama//y me cubren las estrellas.”
En la última estrofa del canto, en la XIX, Martín Fierro vuelve a presentarse en tercera persona gramatical como “un gaucho perseguido” (haciendo referencia a su deserción del ejército y que es perseguido por la policía). En esta estrofa el personaje alude a su pasado familiar, por contraste con el presente. Un pasado que la sociedad podía considerar honesto, digno y un presente en que el gaucho está mal considerado: “y sin embargo la gente//lo tiene por un bandido.” También en esta estrofa se utiliza el hipérbaton, remarcando la expresión. Un hipérbaton es una figura literaria que consiste en la alteración del orden sintáctico habitual: “que padre y marido ha sido// empeñoso y diligente”, en vez de decir “que ha sido un empeñoso y diligente padre y marido”, por ejemplo.

Canto VII
*Generalidades

Como ya dijimos, por comparación con el canto I, el canto VII es mucho más claramente narrativo ya que podemos extraer de este canto una “anécdota” que va a tener tres protagonistas: Martín Fierro y la pareja de raza negra. Todo el canto se desarrolla en un baile, si bien las primeras cuatro estrofas son introductorias acerca de la situación en la que se encontraba Martín Fierro cuando “por desgracia” se enteró de este baile que lo llevaría a emborracharse y terminar matando a un hombre de manera injustificada.

*Estructura externa

Este canto tiene varias diferencias con el canto I. Se compone de 34 estrofas, 33 de ellas tienen (26) y la estrofa número XXX es una (27). En esa estrofa podemos observar claramente la relación entre forma y contenido, ya que el ser más extensa también se relaciona con el momento de anti-clímax en la narración (cuando la mujer comienza gritar, dolorida e impactada por la muerte de su pareja), luego del clímax de la narración (el momento en que Martín Fierro acuchilla de muerte al hombre negro). La métrica se mantiene de versos (28) y la rima sigue siendo (29) aunque varía su posición ya que también varía la cantidad de versos por estrofa.

*Figuras literarias en el canto VII y comentario del texto

La primera estrofa comienza con una (30) cuando Martín Fierro comienza el relato diciendo “De carta de más me vía”. Se presenta a sí mismo como una carta que “sobra” en el mazo. En la tercera estrofa el personaje-narrador resume su situación resaltando lo que no tenía: “No tenía mujer, ni rancho,//y a más, era resertor,//no tenía una prenda güena//ni un peso en el tirador.”
La narración de lo sucedido comienza propiamente en la estrofa V, allí se incluye una catáfora, que implica anticipar algo que se comprenderá en el futuro del texto: “Supe una vez por desgracia”. Martín Fierro, al recordar el episodio, lo considera una “desgracia” porque sabe lo que pasó (el asesinato del hombre negro).
Las estrofas VI y VII nos ubican en el contexto del baile y cómo fue que Martín Fierro terminó borracho.
Ya en la estrofa VII, comienza la narración incluyendo los otros personajes. El primer recurso o figura literaria que se destaca es el retruécano: “va…ca…yendo gente al baile.”
El retruécano consiste en la repetición de una palabra o frase, intercambiando o invirtiendo el orden de sus términos en la siguiente palabra o expresión con el fin de obtener un nuevo significado. Esto se ve claramente en el ejemplo de esta estrofa ya que, al mismo tiempo, Martín Fierro hace el juego de decir “va cayendo gente al baile” y “vaca yendo al baile”; refiriéndose de manera ofensiva a la mujer que comprende perfectamente la grosería. Esta es la primera provocación verbal de Martín Fierro que terminará con el enfrentamiento a cuchillo con el otro hombre.
En la estrofa XII, la “coplita fregona” deja en evidencia el racismo de Martín Fierro. Este es un aspecto social del poema escrito por Hernández que no debe perderse de vista, siendo que el gaucho era considerado un delincuente (a partir del alambramiento de los campos, en el siglo XIX) y sin duda también era discriminado, teniendo un lugar marginal en la sociedad. Pese a ello, en este canto vemos cómo el gaucho discrimina al negro como alguien inferior, esto se confirma con el trato sexista que Martín Fierro da a la mujer (estrofa XI: “me gusta… pa la carona”, comentario de alusión sexual) y a los negros en general, incluso también luego de haberlo matado, por su actitud tranquila y despreocupada ante lo que acaba de hacer.
A partir de la estrofa XIII se incluye al hombre negro en la narración, quien sale en defensa de su compañera y también recibe una provocación por parte de Martín Fierro: “po…r…rudo que un hombre sea//nunca se enoja por esto” (estrofa XIV, se vuelve a utilizar el retruécano como recurso de doble sentido: rudo y que tiene porras, aludiendo al cabello del negro). Luego de contestarle, a partir de la estrofa XV comienza la reacción del hombre negro y el enfrentamiento físico, la pelea de cuchillo.
Entre las estrofas XV y la XXVIII se desarrolla la pelea. Finalmente, en la estrofa XXIX se produce el clímax, cuando Martín Fierro mata al hombre negro.
El clímax designa el momento de máximo interés, de máxima tensión entre las fuerzas enfrentadas, ya sea en el marco de una narración o en una obra de teatro. En este caso, las “fuerzas enfrentadas” son las de los dos personajes, entre el gaucho y el negro. A partir del clímax comienza el proceso que desembocará en el desenlace.
Ya en los últimos dos versos de la estrofa XXIX, Martín Fierro alude a su remordimiento, recordando la situación desde el presente: “Nunca me puedo olvidar//de la agonía de aquel negro.”
Es por esto que la estrofa XXX, más larga que todas las demás, funciona como anticlímax. Bruscamente, se interrumpe el ritmo vertiginoso de la pelea, el ritmo rápido dado por las estrofas de cuatro versos se enlentece con esta décima en la que se produce el momento más emotivo del canto. Aparece también la brutalidad del gaucho que pensó en pegarle a la mujer para hacerla callar, aunque prima la conciencia de que ha matado a su pareja y desiste de su propósito. Es la ley del más fuerte, la lucha por la supervivencia, como dice el poema de Borges “El gaucho”: “la fe del hierro y el coraje”.
En las estrofas XXXII a XXXIV tenemos la visión de lo sucedido en retrospectiva, contada por Martín Fierro: “Después supe…”, “dicen que dende entonces…”, “Yo tengo intención a veces…” Aparece un cierto remordimiento en el personaje asociado a cierta religiosidad, una de las cosas que destaca es que supo que “sin rezarle lo enterraron” (estrofa XXXII) y a veces tiene la intención “de sacar de allí los güesos//y echarlos al camposanto.”




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